Existen mil formas de discapacidad…

17 julio 2015

Existen mil formas de discapacidad…

La única peligrosa es la de no tener corazón.

Hace 29 años, llegue a este mundo con una discapacidad; ausencia de mis dos brazos; que no ha sido obstáculo para llevar una vida normal.

Gracias a los cuidados y al amor brindado por mis padres y familiares, fui creciendo junto a mis hermanas como una niña saludable.

Mi madre, la mejor del mundo para mí, me cuenta que cuando yo era bebe y estaba en la cuna trataba de agarrar los juguetes con los pies y que para gatear arrastraba mis nalguitas en el piso.

Cuando fui creciendo tuve la oportunidad de viajar a los Shriners Hospitals for Children – Shreveport, EUA donde obtuve mis primeras prótesis, de ahí viajaba un año si y un año no para el cambio de prótesis.

Recuerdo que, cuando fui a kínder el director de una la Escuela, localizada en la ciudad capital me aceptó con la condición de que mi mamá se tenía que quedar con migo en clases, pero al llegar al primer día de clases la maestra al ver que yo era independiente, le dijo a mi madre que se podía retirar del salón de clases.

Siempre e tenido la dicha de conocer a buenas personas. En los centros escolares, mis compañeros de clases se peleaban por quitarme las medias de los pies, los cuales utilizaba para escribir.

Yo preguntaba a mi madre: ¡porque la gente me miraba mucho! y ella siempre me respondía: porque eres hermosa mi bebe, pero como yo era una niña, no entendía porque había nacido sin manos.

Fui creciendo y desarrollando la habilidad de hacer todo con mis pies, desde bañarme, maquillarme, escribir, comer, cocinar, lavar, planchar, etc.

Con el tiempo comprendí que Dios es maravilloso y que todas las cosas que él hace, las hace con amor y si me mandó a este mundo fue por alguna razón y es demostrar que sin mis brazos soy capaz de ser una mujer luchadora y saltar las barreras que he tenido durante todo este tiempo como: “aguantar malas caras y a veces ser rechazada por las personas que me ven y piensan que por no tener mis brazos no sirvo para nada”.

Actualmente, trabajo en el departamento de Comunicación y Proyecto de la Policía Nacional, en la provincia de Chiriquí, donde ya tengo siete años de estar laborando.

Estoy a punto de obtener mi Licenciatura en Relaciones Públicas, con Imagen Corporativa, en la Universidad Autónoma de Chiriquí.

Gracias a Dios llegó un buen hombre a mi vida, Warren Shiwanov, que a pesar de las adversidades y circunstancia de la vida ha continuado junto a mí, mi camino, apoyándome y queriéndome.

Dios me ha dado el regalo más grande de mi vida, la oportunidad de tener una hermosa bebe, que ya tiene 5 años, es mi razón de ser, de seguir adelante y luchar por la vida, por ella, quien ha entendido que tiene una mamá sin brazos que la baña, la viste, la peina y le da su comida con los pies.

Así que cuando alguien me diga “no puedo”, yo le digo levántate e inténtalo que si yo puedo sin brazos “tu puedes”, “querer es poder”.

Dedicó estas líneas a mi madre que la amo con todo mi corazón, que sin ella no hubiese podido seguir adelante, gracias madre por nunca abandonarme y confiar en mí. 

madre Rosaura

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