Mujer: una mirada hacia la discriminación

08 marzo 2016

Mujer: una mirada hacia la discriminación

Hoy, en el marco de la celebración del Día Internacional de la Mujer quisiera reflexionar hacia el papel de la mujer en la sociedad panameña, desde la perspectiva de la discriminación.

¿Qué mujer no se ha sentido discriminada alguna vez en su vida por otra persona?  Lo curioso es que la mayoría de las veces esa otra persona es otra mujer y no un hombre.

Aunque duela decirlo las mujeres hemos sido discriminadas por otras mujeres, incluso desde muy niñas, y es que ni una sola de las mujeres que consulté no ha pasado por el flagelo de la discriminación o maltrato, desde muy niña en su familia, ¿Acaso no tuviste alguna prima que siempre se creyó superior que tú, te pegaba, no te quería prestar sus juguetes y te maltrataba física y verbalmente, y decía una que otra mentiras para indisponerte y siempre quedabas castigada por tu mamá y encima luego se reía sarcásticamente, confirmándote “Soy mejor que tú”.

Inclusive hasta muchas hermanas fueron así de duras con sus propias hermanas, - Yo no pasé por esa situación con hermanas porque no tuve hermanas, pero si padecí una que otra vez con alguna de mis primas – y que gracias a Dios no causó mayores secuelas en mi autoestima y personalidad, pero si me tuve que aguantar varios regañones.

O alguna vez tuviste una vecinita que la vestían con sus divinos trajes encopetados de colores pasteles y te decía mi mamá me dijo que no puedo jugar contigo.

Y cuando fuiste a la escuela por primera vez, hubo varias niñas y niños que se burlaban de ti, compañeros que te amarraban el cabello a la silla, o las bolitas que colgaban de tus medias, que te empujaban por las escaleras, arrancaban las páginas de tus cuadernos por pura maldad, o te miraban como si fueras extraterrestre o estuvieran embarrada toda de popo; en fin todo lo que hoy en su conjunto llaman “bulling”.

Y luego en la secundaria nos encontramos con alguna compañera que sentía que vivía en una mejor casa que la tuya o vivía en un mejor lugar que tú, o tenía mejores útiles escolares que tú o le arreglaban mejor el cabello que a ti o peor aún le gustaba el mismo muchacho que a ti, y hacía hasta lo imposible para que él jamás te mirara y si te podía levantar una falsa historia la inventaba y encima la publicara y todo eso es una forma de discriminación y maltrato.

Los docentes ni se enteran, algunas de ellas hasta llegan a golpear y hacer espectáculos bochornosos que hoy tiene alarmado a nuestra sociedad, señores esto ha pasado por décadas en nuestro país, sólo que en ese tiempo no habían celulares, ni redes sociales, y era más conservado entre el grupo de espectadores y se arreglaba con la citación de los padres de familia al colegio, que por lo regular los padres de la agresora nunca asistían, ahora comprendo el porqué, tristemente eran el reflejo de su propia crianza.

Ya en la universidad las personas que van a las aulas universitarias, tienen otra visión y con esto no digo que haya discriminación con sus compañeras, pero si por los profesores que buscan congraciarse con el resto del grupo.  Recuerdo que tenía una compañera chiricana y un profesor llegó a decirle chiricanita campesina, -muy feo al referirse a ella en el grupo- ese comportamiento es inaceptable para una persona educada que forma a otros para ser profesionales. Hay infinidades de casos que en ese momento fueron devastadores, pero que muchos quedaron como gritos silenciosos en la personalidad de esas víctimas.

Pero la cúspide de todo llega cuando eres adulta y llegas a tu primer trabajo, empieza la conspiración en tu contra, porque la escogen a ella, porque la ascienden a ella y no a mí, el jefe solo la quiera a ella, ¿Por qué será? Y mira cómo se viste, ella se cree que es la que más sabe; y mientras más mujeres haya la situación se torna peor hasta que tienes que salir volando por la puerta para bienestar de tu carrera y de tu autoestima. 

O cuando llega una nueva jefa y quiera traer a todas las personas que conoce a trabajar a su departamento y te arrincona en una esquina, te asigna tareas y luego cuando las terminas te dice - ya te iba a decir que no la hicieras así sino de esta otra forma, hazlo de nuevo - o simplemente jamás te ha visto en su vida pero ya te estigmatizó, no te mira cuando le preguntas algo o te contesta de mala manera como diciendo ¿cuándo te largas? y vulnera tus derechos como profesional, pero sobre todo como persona, yo sí he padecido esto y sé en carne propia lo que se siente.

¿Yo me pregunto todo esto no es discriminación y maltrato? ¿Esta es la sociedad que hemos construido por siglos y es la que queremos? ¿Cómo podemos exigirle a los hombres que no nos maltraten y nos respeten, cuando somos las mismas mujeres victimarias de las propias mujeres?

Es hora que todos nos unamos, con nuestras acciones decididas, hacer valer los derechos humanos  de las niñas y las mujeres, a fin de producir una profunda transformación en la sociedad panameña y en resto del mundo.

 

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